TRIPLE L ACCION: En el arte de aconsejar, ¿es imposible validar los consejos?

lunes, 8 de octubre de 2012

En el arte de aconsejar, ¿es imposible validar los consejos?




En el trascurso de las innumerables horas, que paso viajando, dedico mucho tiempo a reflexionar. De manera recurrente, llevo dando vueltas a la cantidad de veces que veo cómo desde todos los sitios damos consejos y recomendaciones. Quizás es algo innato en el ser humano. Quizás nuestra particular idiosincrasia nos lleva a ello. El caso es que siempre encuentro a alguien que me ilustra sobre lo bueno y lo malo, lo aconsejable, lo idóneo y lo que no debería hacer.

En este escenario, me encuentro en situaciones donde el “cruce de caminos” y la necesidad de escoger uno de ellos pone de manifiesto mi falta de conocimientos o limitada sabiduría.
Quizás busco la fórmula magistral, quizás es un signo de comodidad o, incluso, de incapacidad personal o simplemente es la búsqueda de un mayor conocimiento. El caso es que recurro a la búsqueda del consejo y la experiencia de alguien que pueda merecer mi confianza; o que, por sus argumentaciones, sea merecedor de ella. Está claro que cada uno atesoramos una experiencia que se ha ido construyendo con nuestra propia vivencia, e incluso puede merecer ser seguida como guía. Eso no lo voy a discutir, pero hoy no te lo voy a aconsejar.
Es misión de cada uno escoger qué consejos y experiencias le son válidas. Y así, en teoría, quien escoge los mejores se beneficia y aumenta su capacidad. Insisto, eso depende de nuestra inteligencia y sabiduría pero hoy, tampoco, te voy a aconsejar cual escoger.
Ahora bien, con independencia de lo anterior, lo realmente importante (para mí), es validar aquel consejo o experiencia que pretendo incorporar. Está claro, quiero tener los números del próximo sorteo antes de hacer una apuesta. Ante la imposibilidad de llegar a esto de manera infalible, sin embargo, necesito contar con los suficientes mecanismos que me permitan conocer las consecuencias de mis decisiones. Si apuesto cinco euros en un sorteo tengo que saber, al menos, las probabilidades de que la apuesta sea premiada (suponiendo un juego de azar). Con esa probabilidad debo decidir si finalmente apuesto y, obtenga o no el premio, debo prever las consecuencias de perder cinco euros o mejorar mi capital en una determinada medida.
Yo no me resigno a que en este mundo lleno de recomendaciones sobre mejores prácticas y consejos no pueda implementarse un sistema de validación de las consecuencias de adoptarlas. Además, esto no debe ser una misión mía cuando actúo como lector. En tu caso no lo sé, pero hoy no te voy dar ningún consejo.
Por tanto, si me atrevo a poner en “circulación” mi particular conocimiento; entonces debo acompañarlo con el sistema que permita conocer las consecuencias, positivas y negativas, de llevarlo a la práctica.
Yo siempre lo reclamo y lo busco para, al menos, saber que voy a perder cinco euros. Pero hoy no te doy ningún consejo, solo te cuento lo que hago.

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